Persecutores

Ellos son los caza-fantasmas del amor...de los demás!!!
Están al acecho, con sus miradas escudriñadoras, sus lenguas afiladas, analizando cada movimiento, cada gesto, cada palabra, cada mirada con una duración superior a tres segundos.
Es de suma importancia cuidarse de esta especie!
Una vez encontrada la víctima de su ritual, van a intentar secar su mente y no se confundan! no existen súplicas, reflexiones o amenazas que aplaquen la sed de esta gente de meterse en sus vidas.
Necesitan el opinar sobre relaciones que no le incumben tanto como el agua y el pan, quizá se fijan en vidas ajenas porque tienen temor a experimentar en carne propia ciertas emociones, o su realidad es tan insoportable que vencen la rutina fantaseando sobre el futuro de los otros.
Nos rodean, a donde quiera que vayamos  nos vamos a encontrar a estos amiguitos.
Es más fuerte que su discreción y respeto el preguntar: ¿¿Che, y qué onda con Fulano?? NO RESPONDAN, la consecuencia que trae contestar es desencadenar una extrema incontinencia verbal que se alimenta de oídos presurosos a conocer y deleitarse con "la noticia bomba". Boca abierta y oído presto analizarán juntos las posibilidades que tienen ustedes de estar juntos, sus relaciones pasadas, sus virtudes, sus defectos; cuando los encuentren juntos, con una mirada de complicidad se codearán no al otro, los cargarán hasta el hartazgo y en caso de que ya sean novios, se encargarán de casarlos inmediatamente frente a los demás.
¿Todos pasamos por el síndrome persecutor alguna vez?
¿Cuál es la necesidad? ¿Por qué simplemente cuando ven "la chispa" no pueden dejar que todo siga su rumbo y que el tiempo confirme?
¿Por qué tienen que contarteel principio, desarrollo y final de tu relación en base a lo experimentado por otras personas?
Lo utópico: cada persona debería construir sus tiempos, sus formas y no basarse en "lo que debería ser" o en "lo que se espera que seamos".
Si no puedes contra ellos, toléralos y bendícelos, por eso que nunca les falte el pan, el agua y un oído presto y dispuesto a conjeturar. Amén.