PMS
El siguiente texto fue meditado y escrito por una chica que despertó a medianoche gracias a su intenso dolor de ovarios.
Si es un anhelo entender a las mujeres, todo imaginario, idea y prejuicio debe ser reducido a un solo principio: las hormonas.
Es envidiable saber que un hombre posee la cualidad de un estanque gracias a su testosterona; la razón por la que una mujer se asemeja a un mar es por sus caprichosas hormonas, estrógeno y progesterona. Ellas son las encargadas de las mareas, suben y bajan, se encuentran y desencuentran a su antojo produciendo reacciones letales traducidas en conductas que afectan a los demás seres vivos, generalmente mucho más a los confundidos "estanques" que no experimentan estos cambios.
En esta montaña rusa llamada "ciclo" se vivencia irritabilidad, depresión, sensibilidad y el deseo de ser amada; luego vienen la euforia, la hiperactividad, la inspiración, el optimismo, la amabilidad, la seguridad, la auto confianza, la vitalidad y la sensualidad para volver a la tristeza imprecisa, la lentitud, el cansancio, y ¡bingo!, el mal humor de nuevo, a veces acompañado de hambre, mucho hambre. ¿La explicación? Cuando hay grandes niveles de progesterona en el cuerpo, afecta al nivel de azúcar en sangre y el resultado es un huracán que arrasa con los dulces. Maldición!!!!
No es asombroso cuando después de una discusión con quien sea o una regadera de lágrimas o ideas y pensamientos bajón te des cuenta: el ciclo está empezando de vuelta.
La mejor parte? En poco tiempo vas a volver a sentirte muuy bien y se va a notar, mientras todos van a pensar: "rayada, como todas las mujeres".